Liderando el cambio hacia 
un transporte sostenible con combustibles renovables

Los combustibles renovables son una pieza clave de la economía circular, siendo una alternativa real, y actualmente disponible, para impulsar la descarbonización del transporte.
Debemos apostar por incentivos fiscales que contemplen subvenciones, y rebajas impositivas para todas las soluciones, ayudando a que se fomente la inversión necesaria para lograr los objetivos de descarbonización e impulso del uso de los combustibles renovables.

ECONOMÍA CIRCULAR

La economía circular es un modelo de producción y consumo que garantiza un crecimiento económico sostenible en el tiempo. Además, promueve la optimización de recursos, la reducción del consumo de materias primas y el aprovechamiento de los residuos, con el objetivo de utilizar menos materias primas, generar menos residuos y reducir las emisiones de CO2.

Entre los numerosos beneficios que aporta un modelo productivo basado en economía circular, destacan la protección del medioambiente, al reducir las emisiones, minimizar el consumo de recursos naturales y disminuir la generación de residuos; el beneficio a la economía local mediante el fomento de modelos de producción basados en el uso de residuos cercanos como materia prima; el fomento del empleo (también el empleo rural), dado que estimula el desarrollo de un nuevo modelo industrial más innovador y competitivo, así como un mayor crecimiento económico, y la menor dependencia de la importación de materias primas, debido a su mejor aprovechamiento y al uso de los recursos locales.

La economía circular se convierte en un eje clave y transversal para CRECEMOS. Generar nuevas fuentes de energía renovable y adoptar prácticas de economía circular promueve la sostenibilidad, ayudando a reducir las emisiones de carbono en diversos sectores económicos.

TRANSPORTE SOSTENIBLE

El sector del transporte se encuentra en un período de transformación profunda, enfrentándose a desafíos que afectan tanto a la economía, como a la sociedad y el medioambiente. A pesar de que las tecnologías alternativas ya se encuentran disponibles, su adopción masiva se ve obstaculizada por el alto coste que suponen y la ausencia de soluciones viables para el transporte de personas y mercancías. Por ello, los combustibles renovables, el hidrógeno renovable y la electrificación deben coexistir para abordar el reto de la descarbonización de todo el sector del transporte, a través de la inversión en infraestructuras como los puntos de recarga, vehículos con mayor autonomía…

En este punto, los gobiernos desempeñan un papel clave, pues deben de apoyar y facilitar el acceso a estas tecnologías con políticas que incluyan incentivos fiscales, subsidios y regulaciones que promuevan modos de transporte sostenibles, una cuestión medioambiental, social y económica. Proveer un suministro seguro y renovable puede mejorar la calidad de vida de la sociedad al tiempo que fomenta el empleo en tecnologías que mitigan el impacto ambiental y contribuyen a la protección de nuestro planeta.

Por lo tanto, la inclusión de nuevas alternativas, como los combustibles renovables, puede acelerar la transición hacia una movilidad más sostenible, fortaleciendo la competitividad industrial y alineando a España con las tendencias globales de eficiencia y sostenibilidad.

COMBUSTIBLES RENOVABLES

Los combustibles renovables son químicamente equiparables a los convencionales, pero su proceso de producción es diferente, ya que se producen a partir de materias primas renovables, fomentando así el paso de la economía lineal a la circular. En CRECEMOS apostamos por las siguientes alternativas:

Biocombustibles de residuos, bajos en carbono y avanzados: se producen con materias primas y biomasa, como el aceite usado de cocina, los restos de la industria agroalimentaria y los restos forestales. Actualmente, permiten reducir la huella de carbono en todo su ciclo de vida, aproximadamente, entre un 70-90%. Un ejemplo es el hidrobiodiésel o HVO (Hydrotreated Vegetable Oil).

Combustibles sintéticos (e-fuels): se obtienen de la combinación de CO₂ capturado, por ejemplo, de la atmósfera o biogénico, con hidrógeno renovable producido de la electrólisis del agua. Un ejemplo de este combustible es el e-diesel. Según un informe de la Comisión Europea, los combustibles sintéticos pueden reducir significativamente las emisiones de carbono en comparación con los combustibles convencionales.

El uso de los combustibles renovables puede contribuir a abordar el trilema energético, al ofrecer una solución sostenible, un suministro seguro y asequible. Su impacto positivo en la economía española se resume en los siguientes beneficios:

Reducción de la dependencia energética.

Transformación industrial, creación y mantenimiento de empleo.

Contribución a la descarbonización del sector transporte (carretera, aviación y marino) y desarrollo del sector agrícola.

Impacto positivo en la sociedad.